Este pasado sábado celebramos el 50 aniversario de ordenación de nuestro querido Don Juan Fuentes.

El pasado mes de agosto cumplió 50 años como sacerdote, sumando unos 20 años con nosotros en diferentes épocas. Muchos lo recordamos en el colegio impartiendo clases de ciencias, pues además de estudios en Teología Don Juan realizó estudios de Química entre otros. Hoy en día, en muchas ocasiones colabora con profesores de ciencias del centro en los talleres impartidos en los laboratorios.

Nacido en Úbeda, Jaén, Don Juan Fuentes es conocido por su alegría y cercanía. Preguntando a muchos de los antiguos alumnos y profesores del centro siempre lo mencionan con una eterna sonrisa, por su simpatía y juegos en el patio; “si pienso en Don Juan me viene a la cabeza los patios llenos de trompos, siempre jugaba con nosotros en el recreo y puso de moda este artilugio” comenta un antiguo alumno del colegio.

Le preguntamos sobre cómo sintió su vocación y la llamada de Dios y nos responde con unas sabias palabras. “El Señor llama a través de mediaciones y resulta que un día te encuentras ante él, y parece que quiere que seas salesiano o que seas jesuita o que realices su vocación en la Iglesia; por eso me lo han preguntado muchas veces y yo siempre digo no me preguntéis por qué me hice o me hicieron sacerdote… nos vemos en el misterio. Ser cura es algo imposible y maravilloso; Jesús nos dice, en el Evangelio de San Juan, no me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros; pero por qué a mí tan pecador y resistente. Tentado muchas veces de decirle que se equivocó, pero es que es Dios. Sí, le he dicho que tiene muy mal gusto, pero luego le doy las gracias por eso mismo; esa lección me ha servido entre muchísimas cosas para experimentar su inmensa ternura y misericordia hasta concluir con otra síntesis de todos estos años. Señor infinita misericordia tuya y permanente misterio mío consciente de que donde abundó el pecado sobreabundó la gracia; siempre pudo Jesús más que yo.”

Hoy en día, Don Juan es salesiano perteneciente a la comunidad del barrio del Zaidín

siendo el responsable de nuestra Iglesia atendiendo a cursos prematrimoniales, las Primeras Comuniones y la pastoral de los más pequeños del colegio.

Sus inicios académicos comenzaron en los Jesuitas y posteriormente estudio bachillerato junto los Salesianos. Tras pasar por lugares como Montilla y Córdoba donde realizó diversos estudios como magisterio fue enviado a Granada donde como dice “me quedé seco espiritualmente de tanta universidad yo le dije al inspector yo quiero ser cura… después veremos la ciencia” por lo que fue enviado a Sanlúcar La Mayor. Posteriormente fue a Granada, Cartuja, donde afirma que la Teología no es tanto aprobar sino dejar que llueva en el corazón y en el alma la Sagrada Escritura; tiempo después es enviado a seguir estudiando,  en Santa Cruz de Tenerife, Química, durante cuatro años. Lo que muchos no sabéis es que realizó instructor de Educación Física y también luego, aquí en Granada, mientras estaba de director en la EGB realizó un Máster en Orientación Familiar, el cual le encantó.

Para conmemorar este 50 aniversario, este sábado se celebró en la Iglesia de nuestro colegio una multitudinaria misa en la que acudió gente de la comunidad educativa de salesianos y personas del barrio, todos para mostrarle el cariño a Don Juan; podríamos decir coloquialmente que no cabía un alfiler.  Los asistentes hablan de una tarde maravillosa y un Juan muy emocionado, y así no lo ha hecho saber él mismo.

“En el día de ayer recordaba como hacía 50 años me ordenaron. Estuve en el colegio salesianos de Úbeda preparándome allí, encerrado una semana con la Sagrada Escritura y con los escritos de San Juan de la Cruz; el día de mi ordenación bajé a casa me tendí en la cama de mis padres, en la cama grande, y recuerdo que entró mi madre y me dijo, ¿Juan qué sientes? yo contesto… como si fuese a tener un examen muy grande. No eran nervios era otra cosa, y lo mismo ha sido 50 años después. El día 22 pasado, con una tensión, un montón de pensamientos sentidos, de sentimientos pensados, de recuerdos positivos y negativos, pero…dándolo y poniéndome en las manos de El Señor… fue algo impresionante nunca me esperaba yo esta respuesta de la Iglesia, llena la gente aplaudiendo, felicitando. Luego en el bar todo perfecto maravilloso y gente cariñosísima porque a mi edad ya uno no necesita nada más que cariño y oración; alguien ha dicho que a estas alturas uno necesita pocas cosas y lo poco que necesita lo necesita poco.

En estos instantes y en este punto de mi vida me identifico mucho con Rafael Alfaro cuando llegó a Granada, con la edad que tengo yo ahora escribiendo Atardecer en Granada, es un soneto precioso.

“En esta ciudad no estás de paso, después de tanta arena y tanto exilio, aquí has plantado al fin tu domicilio, aquí tu horario definitivo.

Acaso más, aunque sea en el fondo de tu vaso lo mejor de tu vida, ese concilio del alma y de la carne en dulce idilio, hoy la luz más sabrosa de tu ocaso abre los ojos fija la mirada en este atardecer que lindo cierra la encendida hermosura de Granada y embriaga tu corazón, ante la vista del cielo derramado en esta tierra que es un regalo más que una conquista, y es que yo ya estoy en mi ocaso y en Granada un beso. Adiós.”

Gracias Don Juan Fuentes por ser quién eres.